
Su aplicación se remonta al siglo XVIII, cuando en Inglaterra se trataban pacientes con enfermedades mentales. Su uso no es muy común en nuestro medio pero notablemente es un instrumento eficaz para alivianar ciertos padecimientos.
Los animales son creaciones divinas de Dios, caminan, respiran, viven. Están destinados a propósitos desconocidos en algunos casos. ¿Por qué no aprovechar este caudal divino, que genéricamente habla el mismo lenguaje que nosotros?.
Se ha comprobado que la presencia de animales domésticos disminuyen el nivel de stress, crean un ambiente de relajamiento, normalizan la presión sanguínea entre otros beneficios generalmente asociados a las mejoras en las relaciones interpersonales, tan importante para el desarrollo de los negocios de un mundo globalizado como el de hoy día.
Estos animales, nos aceptan a nosotros tal y como somos, entonces ¿porqué no aceptarles a ellos? Descubrir el interior de una mascota es de difícil comprensión, pero ellos son una muestra del más puro instinto de vivir, un estilo de vivir que deja al hombre más natural, reluce su personalidad y fomenta sus potencialidades. Hasta en muchas ocasiones nos sirven de lección de vida, un gato jamás abortaría a su cría.
Las relaciones de empatía entre el amo y su mascota son frecuentes. Los perros especialmente tienen una capacidad para detectar cambios bioquimicos en el organismo de sus amos, ellos pueden percibir por ejemplo la cercanía de un ataque cardiaco, ataques epilépticos, mareos, desmayos, etc. Hasta este punto los animales nos conocen.
La naturaleza es el legado de 4.000.000.000 de años de evolución, es la que hoy tiene como herencia el hombre. Herencia que hemos de aprovecharla a nuestro favor y darle un ciclo armonioso.