culpable de mil temblores en el cielo,
blanca como el reflejo del sol en el mar,
gustas tanto como la sal,
tentación de todos mis sentidos.
Eres tú, quien danza en mi cabeza,
como un acto de ocultismo tradicional,
llamando a lo prohibido,
esperando solo traspasar la línea de la moral.
Eres tú, historia del mundo entero,
quien con delicadeza traicionera,
haz alcanzado hasta al mismísimo Cerati.
Eres tú, una ilusión de doble fondo,
una guitarra de acordes infinitos,
que, cuando pase el temblor,
aprenderé de todos tus cantos.
Eres tú, quien conoce en demasía la vida
mas que cualquiera,
pues tus enseñanzas han sido de barrios,
de callejones sin salida
Eres tú, una super heroína.