martes, 19 de abril de 2016

Epicentro de comportamiento social.

Supongamos un círculo en cuyo centro se sitúe un punto al que llamaremos “comportamiento social racional”. El epicentro esta determinado por los ideales y creencias de individuos que realizan sus actividades cotidianas en torno a ella, referido punto es considerado el azimut social, suena hasta antagónico, dependiente y frontal, como la llamada redundancia cíclica.

En periodos generacionales, las conductas y creencias son atacadas por antivalores, conceptos, ideas, tendencias, modas, que pronto dilatan el círculo creando nuevos patrones de  comportamientos en el punto racional. Justo momento en que se concibe la interrogante de ¿Quién tiene la verdad en las manos? ¿Estamos capacitados para un juzgamiento “racional”? Usando la particularidad de Ockham, ¿Qué es bueno y qué es malo?

Como vemos el círculo es dependiente de la razón, de la verdad y lo bueno (o malo), conceptos tan sustancialmente complejos, que ha ocupado a filósofos de muchas generaciones a ensayar teorías entorno a ellos, conceptos totalmente prostituidos por la sociedad para la idealización de la Meca en el centro del circulo e imponer patrones de conducta para las futuras generaciones.

Volviendo incipiente al contexto de ideas definamos la sociedad según el DRAE como  la “reunión mayor o menor de personas, familias, pueblos o naciones”. La condición de permanecer en esta reunión es ceder los derechos, ideales y creencias individuales, sustituirlos por las propias de la masa y si es posible ser asiduo defensor de ellas para luego constituirse en uno de los líderes de la misma (de ahí semejante bastión de sacos y corbatas –injustificadas-).

Es interesante el momento en que aparecen las personas que no ceden sus ideales a la sociedad, por ende no reconocen el punto concéntrico, ahí se conciben los denominados rebeldes. La rebeldía en sí debería ser considerada en su aspecto positivo, calificarla como su fin verdadero, la de romper paradigmas y conductas programadas.

La rebelión de ideas, culturas, pensamientos contradichos al sistema del estado actual de las cosas, deben ser el punto racional en el núcleo del círculo y de esta manera permitir a la sociedad avanzar verdaderamente, en sentido lógico y ontológico.
Unos cuantos “locos” transformaran el mundo (empezando por el de ellos mismos).


Pablo Ariel.

martes, 26 de enero de 2016

Sublime soledad

El peor enemigo de uno, es uno mismo, paradójicamente. La lucha interna es mejor librarla en la sublime soledad, lejos de la trágica sociedad, de la hipócrita moral, de las rejas del sol en un colchón de nubes.

El temblor de los pensamientos, la vejez en las manos, el invierno en la frente, momentos de batallas en medio de cuatro paredes, que abrazados a las almohadas desveladas, por momentos humedecidas de sudor, construyen el desafío a la muerte en medio de la sublime soledad.

Soltar cabos de sueños (por propia voluntad) debajo del cielo, con el rostro en el suelo, morder el polvo de gala por las noches, cuestiones personales, a veces no pueden con ellas la sublime soledad.

Desde un ayer, abrazo Cerati, desde el mismo andén por donde se desveló el tren. 

sábado, 16 de enero de 2016

Primera vez

Siempre hay una primera vez para todo plantea el dicho,
Y tal cual, sin restarle la razón es un aprendizaje y vivir continuo,
Y es lo que hoy me llama a brindar con unas copas de ilusión.

Es una primera vez muy especial para el momento y el todo,
Un tiempo que trajo consigo las brisas de la primera primavera,
Los primeros pasos de un no sé si historia eterna,
Pero obraré para que sea así y el querer persista.

Esta primera vez deseo que nazca día a día y,
Decirte TE AMO todas las primaveras de nuestras vidas.